El placer de comprar sí tiene precio (lamentablemente)
No hay caso, soy todo un consumista. Se me ocurrió pasar por la librería Contrapunto y - ¡Horror! - estaba con precios rebajados (liquidación de agosto).
Ante mis ojos desfilaban maravillosos tomos ilustrados sobre arte, arquitectura y cocina; bellos libros con imágenes de Provenza y Toscana; pequeñas ediciones de tapa dura dedicadas a museos y jardines... Todos con letreros que anunciaban descuentos de 10%, 25% y hasta 50%.
Juro por Dios que tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para no sacar la tarjeta de crédito e indicarle a la vendedora “quiero ése, y este otro, y los tres de allá...”
Y es que muy rebajados estarán pero siguen siendo libros caros. El problema es que mi cerebrito consumista lo único que entiende es que si un libro que antes costaba $34.000 ahora lo puedo adquirir en $26.100 ¡Hay que aprovecharlo!
Ahí estaban el maravilloso tomo ilustrado sobre El Gótico, o el imponente Viaje Culinario por Francia, la bella vista de San Marcos que ilustra Italia, Emociones desde el Cielo, o los dos volúmenes sobre Leonardo, y ese ejemplar con las distintas variedades de rosas (mi flor favorita).
Imposible conformarse con uno. Tuve que respirar profundo y salir de la tienda lo más rápidamente posible.
Pero necesitaba comprar algo, necesitaba saciar mi sed de consumo. Así que enfilé mis pasos hacia la Feria del Disco para adquirir el CD de cierta cantante chilena que ha acaparado la atención –por decirlo suave- de varios blogueros.
Todo bien, hasta que el vendedor me dice “tenemos una oferta, si paga con tarjeta de tal banco puede llevar tres CDs y cancela dos”.
Nuevamente mi cerebrito saltó ante tal promoción, aunque en la práctica se traducía en gastar mucho más de lo que tenía presupuestado. Y si bien por una fracción de segundo me dije “no Remus, lleva sólo lo que vinimos a buscar”, ya no tenía fuerzas para resistirme.
Terminé sumando la banda sonora de “Los Coristas”, que está bien, pero esperaba más, y “After hours with miss D”, de la notable Dinah Washington. En todo caso, la interpretación de "Blue Skies" que ofrece esta última bien vale lo invertido.
Ante mis ojos desfilaban maravillosos tomos ilustrados sobre arte, arquitectura y cocina; bellos libros con imágenes de Provenza y Toscana; pequeñas ediciones de tapa dura dedicadas a museos y jardines... Todos con letreros que anunciaban descuentos de 10%, 25% y hasta 50%.
Juro por Dios que tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para no sacar la tarjeta de crédito e indicarle a la vendedora “quiero ése, y este otro, y los tres de allá...”
Y es que muy rebajados estarán pero siguen siendo libros caros. El problema es que mi cerebrito consumista lo único que entiende es que si un libro que antes costaba $34.000 ahora lo puedo adquirir en $26.100 ¡Hay que aprovecharlo!
Ahí estaban el maravilloso tomo ilustrado sobre El Gótico, o el imponente Viaje Culinario por Francia, la bella vista de San Marcos que ilustra Italia, Emociones desde el Cielo, o los dos volúmenes sobre Leonardo, y ese ejemplar con las distintas variedades de rosas (mi flor favorita).
Imposible conformarse con uno. Tuve que respirar profundo y salir de la tienda lo más rápidamente posible.
Pero necesitaba comprar algo, necesitaba saciar mi sed de consumo. Así que enfilé mis pasos hacia la Feria del Disco para adquirir el CD de cierta cantante chilena que ha acaparado la atención –por decirlo suave- de varios blogueros.
Todo bien, hasta que el vendedor me dice “tenemos una oferta, si paga con tarjeta de tal banco puede llevar tres CDs y cancela dos”.
Nuevamente mi cerebrito saltó ante tal promoción, aunque en la práctica se traducía en gastar mucho más de lo que tenía presupuestado. Y si bien por una fracción de segundo me dije “no Remus, lleva sólo lo que vinimos a buscar”, ya no tenía fuerzas para resistirme.
Terminé sumando la banda sonora de “Los Coristas”, que está bien, pero esperaba más, y “After hours with miss D”, de la notable Dinah Washington. En todo caso, la interpretación de "Blue Skies" que ofrece esta última bien vale lo invertido.
11 Comments:
Remus gozador,
No hay caso con el consumismo, subyuga a las mentes débiles. Es broma oh.
Está bien que te des tus gustos, poh.
Bear hug,
Eleu
JOJOJOJO CONTRAPUNTO ES UNA LOCURA EN ESTAS FECHAS, POR SUERTE YA NO TRABAJO CERCA DE AHI. EL CONSUMISMO A VECES NOS MATA, PERO PUCHA QUE ES PLACENTERO EL ARTE DE COMPRAR!!!!!!!!!!!!!....
LOS CORISTAS...MM BUENA PELICULA
UN ABRAZO
JVR
Nada de consumismo, es más me gusta esa sensación de que me di un gusto, me asusta cuando es muy recurrente, pero de vez en cuando no hay problema... otra cosa, pasé a la contrapunto igual, y estuve a punto de comprar el compilado ese de películas de los 90's... es más no lo compré para degustar más la sensación cuando lo haga, y celebrar mucho más la llegada del libraco ese al hogar je!
Slds
Me da la impresión que la compra compulsiva, es como sentir lo vertiginoso del momento. Pues suele pasarme, es como "lo hago o no lo hago", deber...placer...bien...mal. Me pasa más veces de las que debería, por eso, he decidido dejar todo tipo de tarjetas en casa.
Saludos.
Jajaja Consumista yo!!!??? A mí me pasa algo parecido, pero con la ropa, liquidación que veo, algo me llevo, aunque sea un par de calcetines o una bufanda pero algo he de llevarme jajaja Con la no logro enganchar, será que ahora todo es susceptible de ser bajado y con los libros me pasa algo parecido, no pago lo que cobran aquí, imposible, así que toda mi literatura es pirateada y a mucha honra!!!, solo si es para regalo, algo el desembolso, pero nunca si es para mí....
Consumir!!! él verbo de muchos...
Abrazos
Doso
Ahhh es que hay libros que al momento de verlos sientes que casi fueron escritos para que tu los leyeras.
Librerías y disquerías haecn que me de cuenta de lo debil de mi voluntad.
saludos!
Gracias por el comment. Nos estamos leyendo.
yo soy LO compulsivo, V me tiene cortito... jeje, las ofertas de libros más que un placer son un suplicio para mí porque... me lo compraría todo!!! igual he podido controlarme y no encalillarme innecesariamente...
Y viste que lo calcetinero es justificado?
hmmm yo solo sufro de compulsiones y convulsiones en librerias y disquerias..asiq ue entiendo perfectamente..
abrazos
Si es por libros y musica, no hay pecado amigo.
Las tima, eso si, que la cultura sea cara y privilegio.
Y la plata es para gastarla, sobretodo cuando se es soltero y guachon! xD
Saludos
Uffff... yo sufro al igual que tú siendo un consumista de libros, pero como dicen, no es un gasto, sino que una inversión, y no hay mejor compra que los libros.
Yo, Claudio.
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