Un pequegno desvio
Primero que todo, mis disculpas por la ortografia, pero el teclado no me acompana mucho.
Acabo de llegar a Paris, pero antes estuve casi tres dias en Irlanda. Muy poco tiempo; pero lo aproveche al maximo.
Les podria contar parrafos enteros sobre la sencilla belleza de Dublin, ciudad que se nota que hoy en dia es un importante centro de negocios; porque su centro, compuesto por esas tipicas edificaciones angostas, de ladrillos y cuatro pisos, esta ocupado por elegantes y modernas oficinas. Tambien se aprecia que esta de moda entre los viajeros, porque en la noche sus pubs se llenan de bulliociosos jovenes de todas partes.
Les podria escribir mucho mas sobre los pequenos pueblos que se ven cuando uno viaja hacia el interior del pais, con sus calles principales repletas de pequenas tiendas con fachadas de vivos colores rojo, verde o negro y sus letreros sobre la puerta de entrada. O sobre los increibles paisajes, que ofrecen todas las tonalidades del verde.
Pero quiero destacar dos recuerdos:
Primero, la amabilidad de la gente de Cork, ciudad desde la cual vole a Paris. A Cork llegue cuando se dejaba caer un verdadero diluvio, lo que no hubiera sido mayor problema, de no ser porque mi alojamiento quedaba a unos 15 minutos caminando desde la estacion de buses. Mi idea original era dejar las maletas en custodia y partir al hotel llevando solo lo basico en mi mochila. Pero en Irlanda todo cierra temprano, incluyendo las dependencias del terminal.
El otro problema era que no tenia un mapa de Cork, y si bien el hotel quedaba relativamente cerca, necesitaba alguna orientacion para llegar. Un amable hindu que trabaja en el terminal me dio las primeras segnas -me pregunto donde quedaba Chile y por que hablabamos espagnol si estabamos tan lejos de Espagna, para el America era EE.UU, y con suerte, Mexico-. Asi parti mi hotel bajo la lluvia, pero en el tramo final, me perdi.
Pese a que estaba lloviendo torrencialmente, toda la gente a la que me dirigia se detenia y trataba de ayudar, e incluso paraban a otros para obtener informacion. Finalmente; gracias a toda esa ayuda, llegue a mi hotel sin mayores problemas; salvo un poco mojado.
Igual decidi salir a dar una vuelta nocturna por Cork, pero se puso a llover mas fuerte todavîa, por lo que asumi que lo mejor era volver. En el camino de regreso de pronto escucho un golpeteo de ventana y un femenino Heyyy. Miro al edificio al otro lado de la calle y en uno de los ventanales hay dos rubias platinadas, vestidas solo con mini-mini faldas y petos negros, bailando provocativamente e invitandome a su departamento.
Es amable la gente de Cork, pero creo que esa invitacion me habria salido cara, asi que opte por sonreir, saludar y proseguir mi camino.
El segundo recuerdo es de Killarney, un pequegno pueblo que visite, que vive por y para el turismo. A esta localidad tambien llegue en la noche (desde Dublin), para al otro dia hacer un excursion por el Ring of Kerry, uno de los parajes mas bonitos de Irlanda.
Cuando llegue estaba cansado, pero quise conocer el pueblo. Tenia ganas de visitar un pub, pero la mayoria de los locales eran demasiado elegantes, pensados para los turistas estadounidenses. Ademas, estaba reacio a gastar lo que pedian por una pinta de stout (la Guiness tradicional). Pero derepente, desde un local chuiquito en una esquina, escucho salir musica irlandesa. Me anime y entre.
Casi no habia ventanas, el local estaba repleto de objetos antiguos, fotos del equipo de rugby local, billetes de todas partes del mundo e insignias de policia de distintos condados de EEUU (los tipicos policias de origen irlandes). Entre los parroquianos habia de todo, pero principalmente gente del lugar, que conversaba animadamente o bebia a lentos tragos su bebiba.
En un rincon, un grupo compuesto por simples vecinos del pueblo, interpretaba sin mayores pretenciones, diversas canciones irlandesas. La banda la componia: el tipo serio, que estaba concentrado en tocar el acordeon; un viejito que se empegnaba en seguir el ritmo golpeando las cucharas, pero que le ponia mas empegno a platicar y beber su trago; el jovencito alegre y timido, que tocaba el tambor irlandes, y que de vez en cuando se paraba sobre el taburete a recitar odas a la bebida; y una gordita y simpatica cuarentona, que alternaba el banjo y la guitarra, y que a veces sacaba la voz para interpretar esas baladas que hablan del whiskey y de Molly Malone.
Era justo el ambiente que me imaginaba de un autentico pub irlandes, asi que me sente a disfrutar en compagnia de una Guiness.
A las 11:30 el local cerro y yo parti a mi hotel, medio entonadito, pues desde el almuerzo solo habia comido un trozo de turron y una bolsa de papas fritas. Me fui sonriente, no solo por la bebida, sino por el buen rato que habia vivido, tratando de tararear Whiskey in the jar.
Asi que ya saben, si un dia van a Killarney, en el condado de Kerry, en Irlanda, dense una vuelta por O'Connors Pub.
Cheers mis amigos, que Paris me espera.
7 Comments:
Pequeño GRAN desvío, remusito!!
Qué lindo! Me hiciste soñar un viaje así y me imaginé a hobbits de Lord of the rings cantando y bebíendo cerveza, jejeje.
Y este desvío no estaba programado? fue algo así como un regreso a las roots?
Tienes que contarnos de oh la la Paris!
bear hug,
Me alegra que sigues sano y salvo, y disfrutando.
Saludos,
GP
Esos desvíos valen la pena... y hacen que tu viaje sea único y sólo tuyo.
Slds
Menos mal que el desvío no fue tanto como para terminar con las dos jovencitas platinadas! jaja
Que lo pases muy bien!
Ah! y gracias por las felicitaciones... estoy chocheando...
Nunca se me hubiese ocurrido ir a Irlanda, tal vez a Noruega o Escocia...
Felicidades Remus!
Qué increíble...Se agradece el tour, casi puse sentir los aromas, y ver las calles.
Disfrútalo al máximo.
que rico saber que la estas pasando bien..
ir a ese pub me parecio la mejor decision...siempre tarto de visitar laos lugares no turisticos..
abrazos
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