lunes, julio 18, 2005

Sinceridad

Voy a tratar de escribir esto sin detenerme tanto a pensar, porque ése parte del problema que tengo. Simplemente no estoy conforme con los últimos mensajes. No los siento sinceros, bueno, no del todo. Están bien redactados (creo), con las ideas claras y bla, bla, bla. Pero no reflejan lo que quería manifestar cuando me lancé a la aventura de esto de los blogs.
A ver si me explico mejor. Durante un tiempo estuve leyendo varios de los sitios aquí publicados, y me sentí muy identificado con algunas de las vivencias y cuestionamientos que se planteaban. Podrá sonar cliché, pero de alguna manera era agradable comprobar que no es sólo uno el que en ocasiones se queda mirando el techo, dándole mil vueltas en la cabeza a las ideas más locas, sintiéndose distinto, enojado con uno mismo por una serie de motivos, en fin. Pero lo que más valoraba de todo lo que leía era la sinceridad que había en muchos de esos mensajes, una capacidad de vomitar todo lo que uno siente sin avergonzarse de ello.

Yo quería hacer eso o sentía la necesidad de hacer algo parecido, pero no me resulta mucho.

Hablar de mí, de lo que siento, siempre me ha causado pudor. Y más encima por deformación profesional soy incapaz de escribir una línea sin detenerme a pensar si está bien escrita, si las palabras son las adecuadas, si no hay cacofonías... y en eso me entrampo. Y al final termino redactando algo bonito, pero insustancial; que no nace de la guata, sino de las neuronas.

Eso me pasó con el post de Salir del Ropero escrito más abajo. Lo leo ahora y no puedo evitar pensar “que pedazo de mierda es eso”. Ok, lo que digo en él de verdad refleja mis sentimientos, es cierto que me da lata haber perdido esa inocencia infantil; pero eso es algo que nos pasa a todos. Para qué el desgaste de neuronas escribiendo algo tan cursi y obvio.

No, no es eso lo quiero.

Quiero ser capaz de soltarme un poco, de dejar, aunque sea en un par de post, que salga lo que siempre me guardo, lo que está ahí dentro bajo siete llaves.

Hace un tiempo tenía un amigo con ventaja (lo más cercano a una relación que me he permitido) que siempre me sacaba en cara que yo nunca era capaz de decir lo que de verdad sentía. Y tiene razón.

En eso soy más cerrado que una ostra. No sé si es por formación o simplemente soy así. Pero no me nace andarle contando a otros mis problemas, mis penas, mis alegrías, mis miedos. Y no quiero decir con eso que sea una persona fría, todo lo contrario; me encanta dar y recibir cariño, pero soy incapaz de expresarlo con palabras.

El otro día mi hermana fue a un retiro religioso y le pidieron a los familiares que le escribieran una carta diciéndoles que opinaban de ellos. Yo no quise hacerla. Me dio pena, porque igual mi hermana se sintió, pero tampoco iba a escribir algo obligado; estoy seguro que habría terminado colocando puras frases hechas.

Con ese amigo especial me pasaba lo mismo; me gustaba estar con él, era una muy buena persona; pero si le tenía que decir algo, hasta yo lo sentía falso, pensado, copiado de alguna parte...

Supongo que alguna forma me gusta mantenerme aislado, o tengo la necesidad de no generar vínculos que me comprometan con alguien.

En realidad no sé por qué me cuesta tanto decir “te quiero”, pero que brote en forma espontánea. Siento que constantemente actúo como esos programas de TV donde la señal se transmite con segundos de diferido, los segundos justos para evitar que un desmadre salga al aire.

Lo peor es que la gente se ha acostumbrado a que yo sea así. Creo que sólo un par de mis amigos todavía se preocupan por preguntarme “¿cómo estás?”, pero en tono sincero, no por mera formalidad. No los culpo, cada vez que en algún momento han intentado abordar temas más privados yo me las arreglo para contestar generalidades y desviar el tema.

Y así me la paso, protegiéndome.

Y ya no sé qué más redactar; eso era lo que quería decir, lo que sentía la necesidad de decir.

5 Comments:

Blogger Juano said...

Mmmmm a eso le llamo la deformación profesional, llevas tanto tiempo ocultando una vida (se entiende cierto?) que ya es parte de tu comportamiento habitual. Piensalo de otro punto de vista, si estás escribiendo es proque realmente lo deseas, si no te resulta es porque eso no es de un día para otro. Te animo a que sigas, habla un poco de ti, un poco de cosas externas, habla de ti como si contaras la vida de un amigo y habla de otras cosas externas, así poco a poco irás poniendo carne a este espacio que tu buscaste y que mantienes. Paciencia no más, ya tienes gran parte ganada, el querer.

Slds.

9:24 a. m.  
Blogger Voikot said...

En realidad J tiene razón piano piano y las cosas se van dando, ahora es jevy tu tema, que queris que te diga, vivir siempre tan contenido debe ser complicado no? de repente dejar salir las cosas es más sano... no te compliquis por como escribes, si al final la idea es que se entienda!

12:31 p. m.  
Blogger Great Pretender 11 said...

A mi estimado Remus lo entiendo perfectamente. Yo soy la versión aumentada y corregida de todo lo cerrado y neuronal. DE VERDAD MONSTRUOSO!

Ahora último he estado leyendo a Klein (http://cityghost.blogspot.com) para ver si se me pega el estilo visceral.

Que este comment te sirva de consuelo de que no eres el único, y menos el peor! Yo soy caso extremo, lo que pasa es que en mi blog no se nota lo cerrado que soy en persona.

Hay que seguir pataleando para sacar adelante este nudo y lograr ser feliz (oh, pero qué optimista, me desconozco, je).

Saludos y sigue posteando.

GP

2:02 a. m.  
Blogger dixleso said...

Mi estimado
Que no sueltes tus cosas con facilidad ya lo había notado, que quieras hacerlo, no me cabe duda. No desesperes, controlarse mucho por mucho tiempo lleva a esto, bueno, si le agregas lo de la deformación se intensifica, pero...

Recuerdo una vez en el colegio, había cambiado de ciudad y obviamente de mundo, llegué a hacer un grupo de buenos amigos, y me pasaron dos cosas que me dejaron helado, una en un típico retiro (colegio de curas) que se hablaba de las caretas que cada uno llevaba para no mostrarse como realmente era, yo creía que no las tenía y así lo dije... uhh, cuando me dí cuenta de eso un par de años después pucha que me dolió lo ciego que estaba. La segunda fue que en el viaje de la gira de estudios quién era mi más cercano amigo me comenta mientras íbamos en el bus, que había algo en mí que no dejaba verse, que no dejaba que otros me conocieran y me acogieran, fue peor que una cachetada, lo asimilé un par de instantes y cuando reaccioné ya fue tarde, no pude retomar el tema con él y me dio mucha lata, qué había sido? ahí me quedó claro en ese mismo instante, mi mecanismo de defensa, el ocultar y mantener un bajo perfil, que nadie supiera nada de mí y que no me expusiera a nada. Hubiera sido muy terrible decirle que era porque antes me habían molestado mucho y era para evitarlo nuevamente? si había tanto cariño (del bueno y no sexual, ok?) hubiera sido tan malo abrirme? no lo sé, solo sé que cuesta mucho sacarse eso, espero haberlo logrado.
Un gran abrazo

10:10 p. m.  
Blogger ED said...

La capacidad de querer está en sentirla, más que en decirla...
muchas gracias por tu honestidad..eso queremos leer

12:31 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home