domingo, agosto 21, 2005

Cuestión de Fe

Este fin de semana me habría gustado estar en Colonia, Alemania, participando a las Jornadas Mundiales de la Juventud. Lo reconozco, soy de los que se quedan pegados viendo las ceremonias que transmite canal 13 o el canal EWTN.
Es que hay algo en esos encuentros con católicos de todo el mundo que siempre despierta mi lado más religioso. Puede que para muchos sea algo indiferente o un simple show masivo sin real trascendencia, pero a mí de verdad me emociona ver ese mar de gente de distintas nacionalidades, razas y costumbres, reunidos por un mismo motivo. En cierto sentido me hace sentir parte de una familia enorme y entender el verdadero significado de ser “católico”: universal.

Así lo sentí también el año 2000, cuando por motivo del jubileo aproveché de viajar a Italia. Ese país es espectacular en todo sentido, pero parte de mis recuerdos más inolvidables son del Vaticano y Asís. Sin duda la basílica de San Pedro es impresionante e incluso, hasta excesiva en su boato, pero lo que me gustó fue verme rodeado de familias africanas, jóvenes latinoamericanos y europeos, religiosos norteamericanos, devotos polacos, en fin, un grupo de gente absolutamente disímil, pero que estaban ahí por el mismo motivo que yo. No como simples turistas, sino con una actitud distinta; una alegría más íntima, que francamente no la sabría cómo describir acá sin parecer torpe.

A Asís tuve la suerte de llegar cuando oscurecía, por lo que pude recorrer sus calles vacías y tranquilas; sin comercio, ni buses de japoneses. Ahí a pesar de ser día de semana participé en una misa, rodeado por los religiosos que viven en los conventos del pueblo, y no puedo negar que en ese momento me dieron ganas de quedarme en ese lugar y sumarme a ellos. Es una idea que ha rondado mi cabeza en otras oportunidades, pero no creo que sea una opción. Por lo menos mientras no ordene los asuntos pendientes de mi vida. Optar por una vida religiosa es una decisión importante, y no considero que sea justo abrazar esa alternativa si ello puede estar influido en cierta medida por un afán de evasión de otras preocupaciones.

Sé que todo esto puede sonar muy “beato”, pero bueno, éste es mi blog, y escribo sobre lo que siento. Tampoco quiero dármelas de santurrón o moralista. Estoy perfectamente consciente de que soy un individuo lleno de fallas; que muchas veces soy inconsecuente; que me digo católico, pero no voy a misa todos los domingo; que me quedo pegado viendo una homilía del Papa (brillantes sus discursos en este encuentro, tanto el de la vigilia como el de este domingo), pero hago bien poco por ayudar a otras personas. En fin, soy un tipo común y corriente, con algunas virtudes y varios defectos, pero con vocación de creyente.

Cuando uno participa en la catequesis o en la misa, suelen decir que hay personas a las que la fe se les ha dado como un regalo, simplemente es algo que forma parte de su persona, sin mayores cuestionamientos; supongo que ése es un poco mi caso.

Jamás he sufrido de crisis religiosas, ni me he rebelado; no soy de los que se preguntan “sí Dios existe, por qué permite tanto mal en el mundo” u otras cosas por el estilo. No me nace.

Si algún día llegara a ocurrir algo así creo que me transformaría en alguien muy distinto, probablemente cínico, pesimista (no generalizo, hablo sólo de mí); porque el sentirme católico y aceptar los valores que ello implica está muy arraigado con lo que es mi personalidad. No se podría eliminar esa parte sin perder también otros rasgos, que sinceramente, creo que son los mejores que tengo. Mi cable a tierra, para graficarlo de algún modo.

Todo esto no quiere decir que sea ciego ante las faltas de algunos miembros de la iglesia, o que no tenga posturas críticas frente a varias de sus doctrinas. Sólo que si lo pongo en perspectiva, yo prefiero ver el vaso medio lleno. Bastante más que medio lleno, en realidad. Considero que las cosas buenas son mucho mayores que las malas.

Otras personas piensan radicalmente distinto y están en su derecho, pero reconozco que cuando me salen con argumentos del tipo: “como hay casos de curas pedófilos o abusadores, toda la Iglesia es corrupta”, lo considero un juicio tan pobre, como el de aquellos que recurren a citar los excesos cometidos por algunos gay, para condenar a todos los que tenemos esa inclinación.

Y respecto a este tema. Admito que compaginar ambas realidades me complicó y me complica un poco... Digamos simplemente que es uno de los puntos en los que me permito disentir del dogma. Después de todo, yo soy un simple ser humano; me tengo que permitir cierto grado de flexibilidad para no terminar quebrado; lo importante es que las raíces están bien firmes.

5 Comments:

Blogger Imoq said...

Mira qué cosas... al leer lo que has escrito me dieron ganas de estar en Köln pero haciendo otras cosas. Probablemente como tú dices, es cuestión de fe y de respetar las creencias de los demás.

Un saludo :)

5:26 p. m.  
Blogger el doc said...

Realmente me dio gusto leerte. Por ahí yo he escrito que la Iglesia Católica no resulta para mi, pero es un asunto muy personal. Cuestión de Fe, como bien dices. Y en tu caso se nota que lo llevas muy adentro.

Saludos!

6:39 p. m.  
Blogger Knar said...

Wow que interesante tu post y es que hay quienes piensan que por ser Homosexuales no tenemos religion, porque Dios no quiere a los homosexuales, pero es bueno ver que tu si tienes tu Fe, no soy el unico jeje, aunque no soy catolico, soy cristiano-evangelico, yo asisto tambien a los servicios y a las actividades de mi iglesia porque me gusta hacerlo y como dices es cuestion de FE.

7:22 p. m.  
Blogger Great Pretender 11 said...

je...

Con este post me queda más claro la cara que debes haber puesto cuando te hice esa pregunta que no me quisiste responder por chat...

Sorry por incomodarlo, don Remus. No fue mi intención. Pero igual fue gracioso.

11:56 p. m.  
Blogger Pec said...

La fe católica no es mala, pero la jerarquía de la iglesia no me da confianza. Durante toda su historia la iglesia ha demostrado que se preocupa mas por los temas terrenales que del espíritu.
Yo ya no me considero católico, aunque hice la primera comunión y me confesé en un par de ocasiones.
Me considero agnóstico.
¿Me gustaría conocer el Vaticano?
Por supuesto que sí.
Admiro a los que abrazan la vida religiosa.

Eso
Saludos

10:38 p. m.  

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