jueves, noviembre 10, 2005

Vanidoso

Estoy feliz. Tras una semana de haber vuelto a la vida sedentaria y a la buena comida de señora madre, hoy fui a pesarme ¡Y mantengo los reducidos kilos con los que volví de mi viaje!
Para que se entienda la alegría que me embargó, debo señalar que soy propenso a subir de peso, lo que sumado a mi absoluto desdén por los ejercicios y mi amor por la buena comida, ha implicado en que en los últimos diez años mi contextura se viera afectada por un lento pero continuo proceso de ensanche.

Así llegué a los 30 años bastante rellenito. Porque cuando estoy preocupado o estresado, me baja la ansiedad, y como. Y en ese periodo almorzaba comida chatarra, bebía litros de Coca Cola, engullía por lo menos dos panes con queso derretido antes de acostarme... era un cerdito.

Pesaba casi 83 kilos, bastante para una persona de poco más 1,70 m de estatura. Como soy de contextura maceteada, este exceso de adiposidad se repartía relativamente bien, pero cada vez me parecía más al monito Michelin.

Las dietas no me servían de mucho, porque lo que bajaba matándome de hambre, lo recuperaba a la brevedad.
Finalmente hace un año decidí cambiar mis hábitos alimenticios, pero más importante aún, convencí a señora madre de que no insistiera en prepararme comidas dignas de un regimiento que se alista para ir a la batalla (sí, lo sé, soy un weón regalón y servido).

Así, los bistec acompañados por porciones gigantes de arroz o papas fritas, los fideos con salsa y carne, o el pollo asado con puré, cedieron predominancia a los pescados, ensaladas varias o simplemente porciones más reducidas; las tres cucharadas de azúcar al café y dos al té, se transformaron primero en un cubo de azúcar morena y luego en nada; la Coca Cola y otras bebidas gaseosas fueron exiliadas.

Este cambio en la dieta permitió que este año bajara de peso y me estabilizara en torno a los 76 kilos, nada mal.

Con ese peso partí a Europa, y luego de 17 días de comer poco pero bien –me preocupé de eso-, y de una actividad física no agresiva pero intensa, como fue caminar en promedio diez horas diarias, retorné a Santiago pesando ¡70,5 kilos!

Uff, creo que desde mi primer año en la universidad que no pesaba tan poco.

Ahora cuando voy por la calle y veo mi reflejo en algún lugar, no puedo evitar mirarme y decir “Remus, tai estupendo”, jajaja... Nah, nunca tan engrupido, pero que me veo mejor que antes, es un hecho.
Por supuesto, la baja de peso también tiene sus inconvenientes, porque ahora parece que estuviera usando la ropa de otra persona: todo me queda grande y suelto. Pero lo más complejo es que señora madre me mira con preocupación. Ella es de la vieja escuela, por lo que ser rellenito lo ve como sinónimo de buena salud.

Por más que yo le insisto que 71 kilos es lo adecuado para una persona de mi estatura, simplemente me queda mirando como si fuera en camino a la anorexia. Tengo que cuidarme de ella si quiero mantenerme delgado, porque ya hoy llenó el refrigerador con helado, quesos, salame y otras cositas ricas, y fijo que este fin de semana hace queque.

Pero por ahora, a disfrutar de mi nueva y estilizada figura.


PD: Este debe ser el post más vanidosamente gay que he escrito.

8 Comments:

Blogger el doc said...

jaja

es que claro, sentirse bien con el aspecto corporal no es algo menor... hace unos dos o tres años me pegué una bajada de 13 kilos, y me sentía el wn más feliz del planeta.
Ahora voy en alza de nuevo y la verdad es que me estoy preocupando..

quizás lo que me falta sea el viajecito ;)

slds!

1:35 a. m.  
Blogger LaRomané said...

Hace más 1 año me propuse bajar todos los kilos ganados en 4 años de matrimonio... fue lo único que me quedó del enlace. Me siento divina ahora, aunque aún me falta un cachito, cuando te sientes bien uno proyecta algo a los demás, que lo notan.

x0x0x0x0
Romané

PD: Felicidades y fuerza...de voluntad

3:39 a. m.  
Blogger Juano said...

Tres cosas Remus:
1.- Tu viaje a europa fue la dieta más cara, pero a su vez la más divertida que seguramente haz hecho.
2.- Aprovecha de comparte ropa nueva
3.- Andate a vivir solo (ya es hora no?)

Slds

9:20 a. m.  
Blogger Julius said...

J es un baúl de sabiduría!!!
Escapa de tu madre YA. Me imagino que debe ser lo más amorosa que hay, pero es la peor enemiga de tu esbeltez.
Estás durmiendo con el enemigo!!!

CORRE!!!!!

JUL.

12:09 p. m.  
Blogger Francisco Salazar said...

=/

En el verano bajé caletas de peso, bondades de la bicicleta, hasta que me caí del cerro. Y cuando me robaron la bici en junio se acabó mi gran ejercicio. Tengo que hacer algo >_<... me siento... incómodo!!!

Si bajara de peso por cada salida de trabajo que me pego, pero no es así.

Bueh, un abrazo ^_~

12:24 a. m.  
Blogger Lautaro said...

FasalazA miente, está bien de peso, yo lo encuentro bien para mi gusto de rellenitos.
j. tiene toda la razón, tienes que huir.
yo, estoy curao porque vengo del Pagano, y me encuentro con 5 kilos de sobrepeso porque soy de contextura gruesa. Calcula, mido 1.76.
fat bear hug,

5:04 a. m.  
Blogger Go For It 74 said...

No reprimas a tu madre e invítanos a todos a comer a tu casa.

saludos

3:49 p. m.  
Blogger Pablillous said...

me parece fantatico que te encientres estupendo....lodigo en serio..

6:25 p. m.  

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