De libros, chocolate caliente y otras cosas
No sé muy bien qué escribir. Como que no me ha pasado nada digno de contar, pero de verdad, no como otros blogueros (Julius) que dicen lo mismo y luego en cuatro párrafos relatan más experiencias que las que yo tengo en un año (bueno, tres meses, no seamos exagerados).
Ahora, en estos precisos momentos en que tipeo este post (martes 22:30 hrs.), estoy muerto de frío. Mi pieza es un congelador, y no saco nada con poner estufa, porque me gusta estar con la ventana entreabierta: no soporto el aire que huele a encierro, aunque sea a costa de andar abrigado casi como para una expedición al Artico.
Y a propósito de Artico, estoy leyendo Luces del Norte, de Phillip Pullman. Hace unas semanas se me puso entre ceja y ceja que quería leerlo, pero estaba agotado en todas partes. Sin embargo, como soy medio obsesivo, busqué y busqué hasta que di con una copia disponible en la Antártica del Alto Las Condes. Lo dejé reservado y el sábado lo fui a retirar (nota aparte, fue una odisea encontrar locomoción de vuelta al centro o por lo menos a Escuela Militar, todos los dichosos buses cuncunas del Transantiago pasaban llenos, ¡un sábado por la tarde!).
Seguramente este fin de semana tendré que comprarme el segundo tomo de la trilogía, La Daga (la obra completa se llama La Materia Oscura), porque ya voy en la mitad del primero. Es literatura fantástica, como Harry Potter, o sea, de mi total gusto.
Lo leo en el metro (cuando lo permiten quienes comparten mi m2), a la hora de almuerzo en el trabajo y, por supuesto, en casa.
En eso estaba hasta hace un momento, pero me dio frío y tuve que parar para hacer otras cosas y entrar en calor.
Además, me dieron ganas de tomar un tazón de submarino, como los que venden en el Café Abarzúa; pero lo más parecido que encontré en la cocina fue un cacao en polvo del año 2003. No me dio muy buena espina, así que lo boté y me quedé con el antojo de tomar chocolate caliente.
(Hablando de cosas rancias, me llegó un mail al trabajo, pero no sé si es mito urbano o verdad. Dice que la leche larga vida en caja que no se vende, vuelve a planta para repasteurizarse y ponerse nuevamente en venta. Este proceso se podría repetir hasta cinco veces, pero ya a la cuarta el lácteo en cuestión tiene casi cero valor nutritivo. Para saber si la leche que compramos y, eventualmente, beberemos, es de primer, segundo o quinto proceso basta con ver el poto de la caja, pues está indicado con un número. Yo me fijé y efectivamente vienen marcados con dígitos del 1 al 5. ¿Será verdad lo que dice el mail?).
Retomando el hilo de lo que estaba contando antes, como me quedé con la ganas de mi tazón de chocolate caliente, decidí ponerme a escribir acá, lo que sea, cualquier cosa. Y bueno, está resultado esto.
Más tarde retomaré la lectura, pero no Luces del Norte, sino otro libro que había empezado el lunes anterior: Los Hermanos Karamazov.
No suelo leer dos libros al mismo tiempo (novelas, quiero decir), pero me bajó la onda de ponerme al día en materia cultural. Los Hermanos… estaba hace ya un par de años esperando en mi librero que me decidiera a embarcarme en sus más de 700 páginas (y con letra bien chiquita, debo precisar), pero no me había hecho el ánimo, lo que como ya dije, ocurrió el lunes pasado; y no me arrepiento, porque el relato es genial.
Habría preferido esperar a terminarlo para iniciar Luces… porque de lo contrario siento que el tiempo que le dedico a uno se lo estoy restando al otro. Pero ocurrió que ya había partido con Los Hermanos… mientras efectuaba la búsqueda de Luces… y el hecho de que en librería que preguntara por este último no lo tuvieran, me fue despertando el apetito por tenerlo y sumergirme en él ¡ya!
Así que en eso están mis días por ahora. Pero en estos momentos no me puedo concentrar en los libros; hace mucho frío y sigo obsesionado con disfrutar de una deliciosa barra de chocolate disuelta en un tazón de leche tibia.
PD: También fui a ver Neva, ¡por fin! Si no han ido, y les gusta el teatro, no pierdan más tiempo y vayan. Es EX-CE-LEN-TE.
Ahora, en estos precisos momentos en que tipeo este post (martes 22:30 hrs.), estoy muerto de frío. Mi pieza es un congelador, y no saco nada con poner estufa, porque me gusta estar con la ventana entreabierta: no soporto el aire que huele a encierro, aunque sea a costa de andar abrigado casi como para una expedición al Artico.
Y a propósito de Artico, estoy leyendo Luces del Norte, de Phillip Pullman. Hace unas semanas se me puso entre ceja y ceja que quería leerlo, pero estaba agotado en todas partes. Sin embargo, como soy medio obsesivo, busqué y busqué hasta que di con una copia disponible en la Antártica del Alto Las Condes. Lo dejé reservado y el sábado lo fui a retirar (nota aparte, fue una odisea encontrar locomoción de vuelta al centro o por lo menos a Escuela Militar, todos los dichosos buses cuncunas del Transantiago pasaban llenos, ¡un sábado por la tarde!).
Seguramente este fin de semana tendré que comprarme el segundo tomo de la trilogía, La Daga (la obra completa se llama La Materia Oscura), porque ya voy en la mitad del primero. Es literatura fantástica, como Harry Potter, o sea, de mi total gusto.
Lo leo en el metro (cuando lo permiten quienes comparten mi m2), a la hora de almuerzo en el trabajo y, por supuesto, en casa.
En eso estaba hasta hace un momento, pero me dio frío y tuve que parar para hacer otras cosas y entrar en calor.
Además, me dieron ganas de tomar un tazón de submarino, como los que venden en el Café Abarzúa; pero lo más parecido que encontré en la cocina fue un cacao en polvo del año 2003. No me dio muy buena espina, así que lo boté y me quedé con el antojo de tomar chocolate caliente.
(Hablando de cosas rancias, me llegó un mail al trabajo, pero no sé si es mito urbano o verdad. Dice que la leche larga vida en caja que no se vende, vuelve a planta para repasteurizarse y ponerse nuevamente en venta. Este proceso se podría repetir hasta cinco veces, pero ya a la cuarta el lácteo en cuestión tiene casi cero valor nutritivo. Para saber si la leche que compramos y, eventualmente, beberemos, es de primer, segundo o quinto proceso basta con ver el poto de la caja, pues está indicado con un número. Yo me fijé y efectivamente vienen marcados con dígitos del 1 al 5. ¿Será verdad lo que dice el mail?).
Retomando el hilo de lo que estaba contando antes, como me quedé con la ganas de mi tazón de chocolate caliente, decidí ponerme a escribir acá, lo que sea, cualquier cosa. Y bueno, está resultado esto.
Más tarde retomaré la lectura, pero no Luces del Norte, sino otro libro que había empezado el lunes anterior: Los Hermanos Karamazov.
No suelo leer dos libros al mismo tiempo (novelas, quiero decir), pero me bajó la onda de ponerme al día en materia cultural. Los Hermanos… estaba hace ya un par de años esperando en mi librero que me decidiera a embarcarme en sus más de 700 páginas (y con letra bien chiquita, debo precisar), pero no me había hecho el ánimo, lo que como ya dije, ocurrió el lunes pasado; y no me arrepiento, porque el relato es genial.
Habría preferido esperar a terminarlo para iniciar Luces… porque de lo contrario siento que el tiempo que le dedico a uno se lo estoy restando al otro. Pero ocurrió que ya había partido con Los Hermanos… mientras efectuaba la búsqueda de Luces… y el hecho de que en librería que preguntara por este último no lo tuvieran, me fue despertando el apetito por tenerlo y sumergirme en él ¡ya!
Así que en eso están mis días por ahora. Pero en estos momentos no me puedo concentrar en los libros; hace mucho frío y sigo obsesionado con disfrutar de una deliciosa barra de chocolate disuelta en un tazón de leche tibia.
PD: También fui a ver Neva, ¡por fin! Si no han ido, y les gusta el teatro, no pierdan más tiempo y vayan. Es EX-CE-LEN-TE.
15 Comments:
Frio!!! Frio!!! y mas Frio!!! yo ando feliz porque por fin tengo "scaldasonno", es un articulo de 1era necesidad en Siberia jajaja.
Yo también estoy leyendo una Trilogía, aunque creo que son 4, "Los Hijos de la Tierra" de Jean M. Auel, el 1ero es "El Clan del Oso Cavernario", simplemente genial!!!
Submarino?? E X Q U I S I T O ! ! !
Abrazos
DOSO
Mi submarino favorito está en el café mosqueto, en cualquiera de sus dos locales y en el cajón del maipo, en un local llamado luna algo, que queda en el manzano. "The real frío" se viene mañana, anda comprando tu cola cao no más pa no quedar con las mismas ganas.
Slds
mi cafe favorito, la canela de plaza brasil, venden chocolates calientes con marshmallow, excelentes, anda y prueba uno, te acordarás de mi.
un abrazo.
Los Hermanos Karamazov son mi asignatura pendiente en Dostoievsky... algún día podré dedicarle el tiempo suficiente como para no estar un año entero leyendolo.
Trataré de recordar Neva.
Neva, neva, neva.
Lo del numerito de la caja de leche, es falso. El identificador corresponde a la "hilera" de donde salio la caja (de un rollo).
Más información acerca de esta "leyenda urbana" en
http://curiosoperoinutil.com/2007/05/22/consultorio-cpi-leche-en-tetra-brick/
Bye
Querub.
corrijo la URL de la explicación del envase de leche:
Leche en TetraBrick
A mí me complica un montón leer dos novelas al mismo tiempo. Me pasaba en el colegio, cuando tenía que leer una en inglés y otra en españo. Una lata, no las disfrutaba.
Saludos
sorry pero me quede pegado em el cacao del 2003
ja ja ja
se q tengo que ver neva....don remus debiò llamarme, se habria evitado el bus cuncuna lleno, yo tb anduve en alto las condes el sabado.
el chocolate caliente se lo cambio por un carmeneré a temperatura ambiente.
de libros nada, hace meses tengo un libro estancado, algun dia lo retomare.
eso por ahora, .
ahh submarino, lo mas cercano que conozco a eso es un trago con cerveza y menta
abrazos
jvr
aquì hay un cafè por la avenida corrientes que esta hace añosssss, se llama La Giralda, y sirven el mejor chocolate caliente con churros que probè en mi vida.
un saludo grande
¿Todavía dan Neva? Te pasaste.
Te envidio un poco con lo de leer. A mi me encanta, pero en estos miomentos (tres años) no me da el cuero. Sería feliz con uno de esos lectores de ciegos.
eso
B.
JA, que divertida tu percepción de mi rutinaria y monótona vida.
Estoy en la mitad de "Luces del Norte" desde hace más de un año...no logro enganchar con la cabra chica insoportable...supongo que en algún momento lo retomaré.
Lo de la leche en Tetra, es absolutamente falso. Trabajo directamente con Tetrapak y ese numerito es un tema de stock y clasificación de la planta. Hay gente muy ociosa que inventa mucha tontera.
Hace siglos que no piso un teatro, qué verguenza, pero pretendo ir a ver "Hamelin" esta semana, sólo porque tengo una fiajción sexual con uno de los actores, jajajaja. Bueno, que lo importante es ir...
Un abrazo grande.
JUL
PD: Chocolate claiente...cambio mi reino por uno AHORA.
Emily Dickinson, la gran poeta norteamericana, creo que jamás varió mucho su rutina diaria y aún así se inscribió como uno de los puntos altos de la poesía universal.
A qué viene todo esto? A que no siempre el más entretenido y con más cosas que contar es el que la lleva.
No digo que tu seas ella, es solamente que no tener nada nuevo que decir no es impedimento para decir cosas.
lo de la leche:
no tiene ni un sentido, porque si la leche ya está vencida es porque se descompuso y una 2ª pasteurización no la retorna a su estado natural.
No puedo con dos libros!! Los hermanos... es filete y las luces... no la cacho, pero si te gusta la novela fantástica te recomiendo "jonathan strange y el señor norrell" de susanna clarke
saludos!
Creo que al igual que varios comentaristas yo tampoco he pescado un libro en meses.. no tanto en años... pero meses si... a lo mas me leo el diario o la revista del Cable... pero de libros... no se.. muy caritos... será que invierto en otros gustillos... pero en fin... habrá que empezar a leer.. es invierno y es lo que se puede hacer...
De cafés no se mucho... salvo el nescafé... pero me gustaría visitar y probar todos esos elíxires que se describen por ahi...
Entrete leerte... me gustó.. aunque igual seas un poquito "pausado" en la frecuencia del posteo...
Saludos
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