martes, noviembre 28, 2006

Romero y Tomillo

Qué pasa si se mezcla esas típicas series inglesas que recrean las aventuras de Miss Marple, con Reportera del Crimen, Operación Jardín y las gorditas cocineras Jennifer y Clarissa, se obtiene mi nuevo programa fetiche: Rosemary & Thyme.
Transmitido por Film & Arts, trata de dos solteronas inglesas medio maduras que se dedican a remodelar jardines y que, de paso, resuelven los misteriosos crímenes que tienen lugar en la bucólica campiña inglesa.

El programa reúne todo lo que me gusta: historias de asesinatos como las que escribía la gran Agatha Christie, donde nada es lo que parece; ese típico estilo pausado y elegante de las producciones británicas (de chico era fanático de series como la aristocrática
Mundos Individuales –grosa caída de carné- y la de veterinarios Todas las criaturas grandes y pequeñas); un espectacular paisaje, lleno de casitas de ensueño, lindos jardines y mucho verde; las peculiaridades de la sociedad británica, con todo su formalismo y excentricidades... Y por su puesto, dos protagonistas muy carismáticas, y que en realidad se mueven en el límite mismo de ser unas simples viejas entrometidas.

viernes, noviembre 17, 2006

¿Problemas de redacción?

Sgeún un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el ódren en el que las ltears etsan ersciats, la úicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la útlima ltera etsen ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden etsar taotlmntee mal y aún pordás lerelo sin pobrleams. Etso es pquore no lemeos cada ltera por sí msima sino que la paalbra es un tdoo.

Pesornamelnte me preace icrneilbe...


(Copiado del libro “Matemática... ¿Estás ahí?”, de Adrián Paenza)

viernes, noviembre 10, 2006

Un día desconectado

Siento que ha sido coartada mi libertad, pasados a llevar mis derechos, violentada mi intimidad... Hoy en el trabajo me encontré con la sorpresa que instalaron un nuevo servidor que ha bloqueado sitios esenciales para mi buen funcionamiento diario, como hotmail, yahoo, gmail y –tiemblo al decirlo- blogspot.
Sí señores, pasé TODO UN DIA desconectado. Si hasta llegué con síndrome de abstinencia a casa.

Y lo peor es que en mis ratos de ocio en la oficina no pude simular que trabajaba concentrado en el computador. Estaba tan desesperado que para tener algo que hacer ¡opté por adelantar trabajo!

No, no puede ser. Me resisto a ello.

Lo juro por San Google, no claudicaré hasta vencer al sistema opresivo. Por ello desde hoy todos mis esfuerzos estarán dedicados a encontrar formas de engañar al maléfico nuevo servidor.

Y ya hice mi primera movida: Bloglines, jejeje.

Prepárate servidor, la guerra está recién comenzando.

domingo, noviembre 05, 2006

Peligrosamente rico

Bandera polaca:
En una vaso pequeño y transparente, se echa primero una parte de jarabe de frambuesa (o de otro sabor, pero sin alcohol y de color rojo), luego unas gotas de salsa tabasco y, finalmente –cuidando que no se mezclen-, otra parte similar a la primera de vodka (de preferencia el polaco Wyborowa), de manera de lograr el efecto visual de la bandera eslava.

Se bebe y disfruta de un golpe, tras el brindis de rigor.


¡Na zdrowie!

viernes, noviembre 03, 2006

The Brain


- ¡Escúchame con atención, Pinky! A partir de ahora tendremos que movernos con extremo cuidado, si no queremos que nuestros planes se desbaraten.

- ¿Por qué lo dices, Cereb-remus?


- Porque hay un bloguero que sabe leer demasiado bien entrelíneas.

jueves, noviembre 02, 2006

Aburrido


Aburrido y desconcentrado, así estoy esta tarde. Trato de enfocarme en el trabajo, pero al minuto cualquier distracción sirve para que mi mente vuele al infinito (y más allá).
Tengo que terminar hoy un documento, pero desde hace una hora permanezco pegado en un simple párrafo: lo leo, le cambio una palabra; lo releo, no sé cómo terminar la frase; cambio la oración y todo pierde sentido; lo borro entero para luego volver a escribir lo mismo, pero de otra forma... En eso me la he pasado (entremedio leyendo algunos posts, los nuevos comentarios y las actualizaciones de noticias en Emol).
Lo peor es que no me importa; al final sé que igual de puro lateado voy a terminar el trabajo, pero demorándome el triple o más.
Y si escribo esto, es para que en la oficina escuchen que estoy tecleando alguna cosa y piensen que soy un elemento productivo.
Así de pajero me encuentro.