domingo, octubre 30, 2005

Disfrutando Londres

El pasado viernes se me llenaron los ojos de lagrimas por la emocion, es que cumpli uno de mis suenos de este viaje: ver el musical Les Miserables. No lo puedo negar, una de las cosas que mas me atraia de Londres era la posibilidad de ver esta obra, y no me defraudo.
En realidad no habia posibilidades de que ello ocurriera, porque hace anos que uno de mis CD mas escuchados es el de esta produccion: tambien la habia visto en DVD, pero en uno en que los protagonistas no actuan, solo cantan, como en una especie de concierto.
Pero ahora que estoy en Londres pude disfrutar de les Miserables como corresponde. Asi que parti temprano a comprar mi entrada a la plaza Leicester, donde las venden rebajadas. Ese dia lo pase pendiente de la funcion, y cuando llego la hora, no lo podia creer.
El teatro estaba lleno, y eso que les Miserables ya lleva como 20 anos presentandose casi todos los dias: ademas tiene que competir con otras super producciones como Mary Poppins -el nuevo exito-, El Rey Leon, El Fantasma de la Opera y muchas mas. En ese aspecto -como en muchos otros- Londres es una ciudad increible, que cantidad de espectaculos de primer nivel para elegir.
Disfrute todas las canciones del musical (tenia que hacer esfuerzos para no ponerme a cantar, jeje), estaba literalmente hipnotizado por todo lo que ocurria en el escenario, y al final, ovacion de pie. Juro que veria Les Miserables una y otra vez, tambien me muero de ganas de ver otro de los espectaculos, pero son demasiado caros.
Igual hay alternativas mas economicas, como un concierto de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, en Saint Martin in the Fields, al que fui el sabado.
Es que Londres ofrece demasiados panoramas. En ese sentido es un pena andar viajando solo, porque me pican los pies por salir de copas (aunque esto sea Londres y no Madrid) por lo pubs y locales de esta ciudad.
Y para disfrutar de dia, estan los maravillosos parques y museos, solo por nombrar algunos panoramas.

martes, octubre 25, 2005

Breves de Paris

-Por un asunto de disponibilidad de habitaciones, tuve que dividir mi estadia en Francia entre dos hoteles. El primer alojamiento no podia ser mas parisino, porque era un altillo; tenia que caminar con cuidado para no chocar con el techo inclinado. Mi habitacion era bien sencilla, pero limpia. Eso si, el bagno estaba un piso mas abajo y la ducha (notese que digo LA) en el inferior a ese.
El segundo hotel es bastante similar, salvo porque la calle en que se ubica esta repleta de Sex Shop; asi que ya se que si me aburro, puedo ir a entretenerme a una cabina privada por la modica suma de 6 euros.
-Si Paris de dia es espectacular, de noche impresiona con sus luces. Hay que ver como esta ciudad sabe sacar partido a sus monumentos. El mas deslumbrante es la Torre Eiffei, que ilumina el cielo de la ciudad como un faro con dos rayos de luz, y cada hora, durante 10 minutos hace brillar una serie de luces con lo que parece un arbol de navidad.
-Los paraguas es lo unico que he visto aca que sea mas barato que en Madrid.
-Los franceses, ellos y ellas, son bellos; pero mas importante que eso es que tienen estilo. Diablos, como lo hacen para anudarse las bufandas al cuello con tanta elegancia, o para lucir una chaqueta vieja y desgastada como si fuera la mejor de Armani o para caminar con ese aire indiferente, como si estuvieran desfilando en la semana de la moda.
-Pero tambien estan los otros parisinos, lo hijos de la inmigracion: los africanos musulmanes llevan con orgullo sus tunicas; las mujeres del caribe sus trajes y pagnuelos de vivos colores; sus pares arabes, la cabeza bien cubierta... Ambos mundos conviven en Paris, pero no se mezclan mucho.
-El Marais es un de los barrios mas bonitos, porque mantiene la arquitectura antigua que no fue destruida por el baron Hausman para construir sus boulevares. Es la zona gay, pero tambien el barrio de los judios ultra ortodoxos. Siempre he sentido simpatia y admiracion por su cultura y me llama la atencion verlos pasar simpre vestidos de negro y con sus cabezas cubiertas. Tambien impresiona como se llena el sector de policias en uniforme y de civil, a la hora en que acuden a sus templos.
-Exijo que a Chile importen la Orangina.
-El amor que tienen los franceses por su cultura y su comida se nota al ver como todos los barrios mantienen sus pequegnas panaderias, pastelerias, queserias, pescaderias... y eso que esta es la patria de Carrefour.
-En Paris hay tantos turistas como franceses, y en varios lugares ganan los primeros.
-El Louvre es muy caro, pese a ello se llena: hay que hacer fila para entrar, luego para comprar la entrada y para ver algunas de sus obras.
-Ya me queda solo un dia en Paris, lo he disfrutado a concho, pero fisicamente estoy muy cansado, porque camino un promedio de 10 horas diarias sin parar. Voy a necesitar vacaciones de mis vacaciones.

viernes, octubre 21, 2005

Un pequegno desvio

Primero que todo, mis disculpas por la ortografia, pero el teclado no me acompana mucho.
Acabo de llegar a Paris, pero antes estuve casi tres dias en Irlanda. Muy poco tiempo; pero lo aproveche al maximo.
Les podria contar parrafos enteros sobre la sencilla belleza de Dublin, ciudad que se nota que hoy en dia es un importante centro de negocios; porque su centro, compuesto por esas tipicas edificaciones angostas, de ladrillos y cuatro pisos, esta ocupado por elegantes y modernas oficinas. Tambien se aprecia que esta de moda entre los viajeros, porque en la noche sus pubs se llenan de bulliociosos jovenes de todas partes.
Les podria escribir mucho mas sobre los pequenos pueblos que se ven cuando uno viaja hacia el interior del pais, con sus calles principales repletas de pequenas tiendas con fachadas de vivos colores rojo, verde o negro y sus letreros sobre la puerta de entrada. O sobre los increibles paisajes, que ofrecen todas las tonalidades del verde.
Pero quiero destacar dos recuerdos:
Primero, la amabilidad de la gente de Cork, ciudad desde la cual vole a Paris. A Cork llegue cuando se dejaba caer un verdadero diluvio, lo que no hubiera sido mayor problema, de no ser porque mi alojamiento quedaba a unos 15 minutos caminando desde la estacion de buses. Mi idea original era dejar las maletas en custodia y partir al hotel llevando solo lo basico en mi mochila. Pero en Irlanda todo cierra temprano, incluyendo las dependencias del terminal.
El otro problema era que no tenia un mapa de Cork, y si bien el hotel quedaba relativamente cerca, necesitaba alguna orientacion para llegar. Un amable hindu que trabaja en el terminal me dio las primeras segnas -me pregunto donde quedaba Chile y por que hablabamos espagnol si estabamos tan lejos de Espagna, para el America era EE.UU, y con suerte, Mexico-. Asi parti mi hotel bajo la lluvia, pero en el tramo final, me perdi.
Pese a que estaba lloviendo torrencialmente, toda la gente a la que me dirigia se detenia y trataba de ayudar, e incluso paraban a otros para obtener informacion. Finalmente; gracias a toda esa ayuda, llegue a mi hotel sin mayores problemas; salvo un poco mojado.
Igual decidi salir a dar una vuelta nocturna por Cork, pero se puso a llover mas fuerte todavîa, por lo que asumi que lo mejor era volver. En el camino de regreso de pronto escucho un golpeteo de ventana y un femenino Heyyy. Miro al edificio al otro lado de la calle y en uno de los ventanales hay dos rubias platinadas, vestidas solo con mini-mini faldas y petos negros, bailando provocativamente e invitandome a su departamento.
Es amable la gente de Cork, pero creo que esa invitacion me habria salido cara, asi que opte por sonreir, saludar y proseguir mi camino.
El segundo recuerdo es de Killarney, un pequegno pueblo que visite, que vive por y para el turismo. A esta localidad tambien llegue en la noche (desde Dublin), para al otro dia hacer un excursion por el Ring of Kerry, uno de los parajes mas bonitos de Irlanda.
Cuando llegue estaba cansado, pero quise conocer el pueblo. Tenia ganas de visitar un pub, pero la mayoria de los locales eran demasiado elegantes, pensados para los turistas estadounidenses. Ademas, estaba reacio a gastar lo que pedian por una pinta de stout (la Guiness tradicional). Pero derepente, desde un local chuiquito en una esquina, escucho salir musica irlandesa. Me anime y entre.
Casi no habia ventanas, el local estaba repleto de objetos antiguos, fotos del equipo de rugby local, billetes de todas partes del mundo e insignias de policia de distintos condados de EEUU (los tipicos policias de origen irlandes). Entre los parroquianos habia de todo, pero principalmente gente del lugar, que conversaba animadamente o bebia a lentos tragos su bebiba.
En un rincon, un grupo compuesto por simples vecinos del pueblo, interpretaba sin mayores pretenciones, diversas canciones irlandesas. La banda la componia: el tipo serio, que estaba concentrado en tocar el acordeon; un viejito que se empegnaba en seguir el ritmo golpeando las cucharas, pero que le ponia mas empegno a platicar y beber su trago; el jovencito alegre y timido, que tocaba el tambor irlandes, y que de vez en cuando se paraba sobre el taburete a recitar odas a la bebida; y una gordita y simpatica cuarentona, que alternaba el banjo y la guitarra, y que a veces sacaba la voz para interpretar esas baladas que hablan del whiskey y de Molly Malone.
Era justo el ambiente que me imaginaba de un autentico pub irlandes, asi que me sente a disfrutar en compagnia de una Guiness.
A las 11:30 el local cerro y yo parti a mi hotel, medio entonadito, pues desde el almuerzo solo habia comido un trozo de turron y una bolsa de papas fritas. Me fui sonriente, no solo por la bebida, sino por el buen rato que habia vivido, tratando de tararear Whiskey in the jar.
Asi que ya saben, si un dia van a Killarney, en el condado de Kerry, en Irlanda, dense una vuelta por O'Connors Pub.
Cheers mis amigos, que Paris me espera.

martes, octubre 18, 2005

De una ida...

El viernes pasado fue un día de locura. La noche anterior me había quedado despierto hasta casi las 5:00 de la mañana preparando las maletas para el viaje y terminando unos trabajos, pese a ello ya en la pega no me pude ir de la oficina antes de las 17:30 horas, lo que me dejaba apenas tiempo para volver a casa, comer algo rápido, echar a las maletas las últimas cosas pendientes y partir raja al aeropuerto, para chequearmea las 19:45.
Para ganar tiempo me fui del trabajo en radio taxi. Error, me agarré todos los tacos de Santiago y llegué a casa como a las 18:30 hrs. Sólo alcancé a revisar que llevara todo lo necesario para el viaje, comer un sandwich (no había almorzado) y partir, nuevamente en radio taxi, al aeropuerto.
Mi mamá y mis hermanos quisieron acompañarme, y como casi no tuvimos tiempo en la casa para despedirnos, acepté. Error 2. Después de chequearme opté por disfrutar los últimos minutos en compañía de mi familia en uno de los locales de comida. Así pasó el tiempo... con lo que no contaba era que había una tremenda fila para pasar por los detectores de metales de policía internacional. Al final llegué casi corriendo al la puerta de embarque, cuando ya estaban esperando a los últimos pasajeros del vuelo.
Ufff, recién ya en mi asiento de avión pude respirar tranquilo ese día. Y todas las prisas, problemas de última hora y preocupaciones se quedaron fuera.
El viaje resultó súper agradable; estaba tan cansado que me le dormí todo. En los ratos despierto conversé con mi compañero de asiento. El viajaba a España a buscar una mejor vida; estaba apenado porque había tenido que dejar a su familia en Chile, pero a la vez tenía toda la disposición de llevar una vida sacrificada para darles a ellos una mejor oportunidad. También estaba preocupado por los riesgos, ya que entraba supuestamente como turista, pero sus planes eran no volver a Chile.Ojalá tenga suerte y le vaya bien, porque se notaba una buena persona. Por lo menos no le pusieron problemas para ingresar en Barajas.
Así las cosas, llegué a Madrid el sábado por la tarde y de ahí tenía que partir a la casa de unos amigos en las afueras de la ciudad. No me podían ir a esperar, así que me dieron todas las instrucciones. Eso fue muy simpático, porque mientras tomaba el metro, los trenes decercanía y los buses, no me sentía tanto como un turista, sino como un viajero: y la diferencia es importante. Igual me perdí un poco a la hora de tomar los buses, pero no fue tanto culpa mía: en la oficina de informaciones del terminal a la "amable" recepcionista que me dijo el número de andén al me debería dirigir, se le "olvidó" comentarme que el bus que más cerca me dejaba no circulaba los fines de semana.
Finalmente llegué a casa de mis amigos, los que ya estaban preocupados por mi demora. Como se me hizo tan tarde dejé para el otro día la visita a Madrid y aproveché la noche del sábado para descansar del viaje y terminar de hacer unas reservas por internet.
Y bueno, ya llevo dos días recorriendo esta ciudad y lo he pasado espectacular. Visité El Prado y el Reina Sofía, caminé por el Parque del Buen Retiro (los domingo en la tarde se llena de latinoamericanos), recorrí la Gran Vía, Alcalá, Atocha... en fin, he vitrineado un montón, y por Dios que hay cosas buenas para ver, jejeje.
No lo puedo negar, Madrid ofrece muchas alternativas para recrear lavista (hay una teoría que quiero comprobar en París y Londres, y es que los museos de arte moderno atraen el "mejor público", porque en el Reina Sofía varias veces se me iban los ojos mientras observaba los Dalí, Miró, Picasso, Gris, etc).
Afortunadamente el clima me ha acompañado, de hecho el domingo fue bien caluroso. Este lunes amenazaba llover y por eso quise un paraguas. Iluso yo, pensaba que tal como en Chile me iba a encontrar en cada esquina a vendedores ofreciéndolos por $1.000 ( 1,5 euros aprox), pero no. Acá se venden en tiendas, y los más baratos costaban 12 euros, ¡¡¡unos $8.000!!! Joder, ni que fueran de oro.
No puedo dejar de mencionar que visité Chueca, el barrio gay de Madrid, y lo que más me llamó la atención es que es absolutamente normal. No pude ir muy tarde -por estar alojado con amigos fuera de la ciudad-, pero lo que vi fue una zona de varios pubs, librerías y uno que otro sauna (ojo, sólo vi, nada más), donde la única diferencia con el resto de la ciudad es que se puede apreciar a grupos de hombres (y mujeres, pero menos) disfrutando como amigos, pero muchos de ellos abrazados, tomados de las manos, y algunos besándose sin pudores y sin ser objeto de las miradas curiosas. Ni siquiera se puede decir que la zona sea un ghetto gay, porque también hay parejas y grupos de amigos héteros, e incluso las típicas ancianas que se paran a conversar en las porterías de los edificios. Es decir, vive y deja vivir, con relajo y respeto mutuo.
Se aprecian algunos tipo más amanerados y eso en un comienzo choca, pero a fin de cuentas ése es problema de uno; ellos viven felices.
Así se están dando las cosas por acá, pero para finalizar esta puesta al día, otra anécdota: recorriendo los barrios cercanos a la Plaza Mayor, de pronto veo una iglesia bien bonita, que resultó ser de la nunciatura (embajada del Vaticano), luego me di cuenta que llevaba el nombre de mi santo, así que decidí entrar a conocerla y aprovechar de dar las gracias por el viaje y por lo bien que estaba resultado todo.
Hecho eso, me fijé que en uno de los altares había la enorme figura de un santo que me resultó familiar, me acerqué a observar y resultó era el mismísimo Josemaría Escrivá de Balaguer. ¡Señal divina! dijo mi lado más conservador. Así que se me ocurrió pedirle que me cuidara por el resto del viaje y que a cambio yo me portaría bien :) ... pero luego lo pensé mejor; y ya que para monseñor las donaciones parecen ser igual de importantes que llevar una vida piadosa, opté por solicitar sus intermediación a cambio de una ofrenda. Claro que por la chaucha que le di, con suerte me acompañó dos pasos fuera de la iglesia, si es que, jejeje
Y eso es lo que puedo contar por ahora. Abrazos.

sábado, octubre 08, 2005

¡¡¡Vacaciones!!!

Me voy de vacaciones. Sí señor. A falta de emociones en el plano romántico, decidí volcar mis energías a esa gran pasión que es viajar.
El destino, la vieja Europa.

Ya están comprados los pasajes de avión para el próximo fin de semana, sólo falta definir bien el itinerario, porque con el trabajo de estos días no he tenido tiempo de organizarme como quisiera. En todo caso, las prioridades
están claras: Madrid, París y Londres.
Las dos primeras ciudades ya las conozco, pero me muero de ganas de volver a gastar mis zapatos recorriéndolas, especialmente París. Hubo tantos lugares que no alcancé a visitar o que no les pude dedicar el tiempo que merecían.

Quiero volver a caminar por la Plaza Mayor de Madrid saboreando un bocadillo. Y disfrutar el cuadro de Goya sobre los fusilamientos del 3 de mayo, que siempre me parecía tan feo cuando lo observaba en los libros de historia y cuya fuerza me maravilló cuando lo vi en persona; y recorrer las librerías, aunque mucha plata no me va a sobrar.

Y quiero volver a ser bañado por esa luz única que tiene París; y pasarme horas apreciando las vitrinas de las pastelerías y panaderías, verdaderas obras de arte de esa ciudad; y comer baguette, por supuesto; y ver pasar en sus bicicletas a esas hermosas jovencitas francesas (bien las supo apreciar Proust ya un siglo antes), que transmiten estilo y un encantador aire de indiferencia. Y quiero seguir los pasos de Amelie por el canal San Martin; y visitar el Marais y la isla de San Luis.

¡Y quiero conocer Londres! La antigua capital del Imperio; la ciudad que pese a todos los golpes que ha sufrido, jamás se ha doblegado. La ciudad de los parques y de los días nublados y lluviosos. Ver pasar sus buses rojos de dos pisos. Y visitar la estación de King Cross e intentar descubrir cierto andén escondido a los ojos de los muggles.

Y en todas esas ciudades quiero caminar, caminar y caminar entre ese mar humano proveniente de todos los rincones.

Por algo más de dos semanas quiero sentirme lleno, rebosante de energía.

jueves, octubre 06, 2005

Expandiendo el vocabulario

Cuando me enteré que la palabra “pico” se empleaba como sinónimo de pene tenía diez años, lo recuerdo bien porque la explicación vino como consecuencia de un pequeño escándalo familiar.
Pero primero debo precisar que en mi familia nunca se hablaba con garabatos, ni siquiera con palabras consideradas de mal gusto. O sea, lo más fuerte que se decía era “popó” o “cacú”. Muy distinto a como es la situación ahora, en que mi hermano menor no tiene nada que envidiarle al más soez de los feriantes, con todo el respeto que me merece esa sacrificada actividad.

Aclarado ese punto, retomo la historia. Estaba disfrutando mis vacaciones de verano en compañía de mis mejores amigos de infancia: una pareja de hermanos, ella de 14 años y él de 12, educados niños de una familia incluso más formal que la mía. Medio alemanotes ellos.

Como es típico en las vacaciones, solíamos jugar con otros vecinos del sector, bastante más avispados que nosotros.

Ocurrió que una de estas amistades nos contó un chiste que, para ser sincero, no lo entendimos mucho, pero igual lo debimos encontrar simpático, porque todos nos reímos.

El hecho no habría pasado a mayores de no ser porque mi amiga lo repitió durante el almuerzo familiar del sábado, cuando estaban presentes todos nuestros padres y otros familiares mayores.

¿Cuál era el chiste? La mayoría lo debe conocer; es como una especie de relato en que la persona que lo cuenta dice algo así:

“Iba en la micro (bus, carro) sentado al lado de una señora cargada de bolsas. Ella se bajó, y me doy cuenta que se le quedó un paquete, y lo abro...”

En este punto el que cuenta el chiste hace una pausa dramática, esperando que alguien pise el palito. Así lo repitió mi amiga cuando estábamos todos en la mesa, con tal mala suerte que justo la curiosa resultó ser su tía cincuentona y solterona.

“¿Y qué había en el paquete?” preguntó.

Y mi amiga con toda su alegre inocencia le responde:

“¡Un pedazo de pico pa’ los preguntones!”

Por una fracción de segundo nosotros tres alcanzamos a esbozar una sonrisa, antes que estallara el reto. Porque la mamá de mi amiga se puso furiosa, la subió y la bajó, por rota, mal educada, porque cómo se le ocurriría a una señorita decir eso... y yo mirando sin entender nada.
El aire se cortaba con cuchillo de lo tenso que quedó el ambiente. Mi amiga -que había actuado sin malicia alguna- encerrada en su pieza castigada y llorando; sus papás, con cara de dos metros y despotricando contra el chiquillo que nos había enseñado esa cochinada; y el resto, tratando de pasar lo más desapercibido posible.

Después de un rato mi señora madre me llevó aparte y toda cohibida me explicó que “pico” era una forma grosera de decirle a la “pirula” (porque mi mamá JAMAS hubiera osado en esos años decir pene), al tiempo que me pedía que nunca repitiera esa palabra.

Para los que me conocen, en ese momento debo haber puesto toda mi cara mezcla de sorpresa y no entender nada. Porque para ser sincero, la primera vez que escuché el chiste, yo me imaginé clarito dentro de la caja algo como un pico de gallina o citando a la RAE, la “parte saliente de la cabeza de las aves, compuesta de dos piezas córneas, una superior y otra inferior, que terminan generalmente en punta y les sirven para tomar el alimento”.

Claro, yo en mis ingenuos 10 años me había explicado inicialmente el chiste haciendo la asociación preguntón-hocicón-pico de pájaro. Andaba un poquito perdido.

El hecho es que después que me aclararon la película, quedé aún más confundido respecto a cuál era la gracia del chiste.

Amor, sexo y otras yerbas

En los últimos días he leído varios post de bloggeros lamentándose por la falta de una pareja (ya sean gay o héteros), y los consecuentes comentarios de apoyo, generalmente de otros bloggeros ya emparejados, aconsejando que no se obsesionen con el tema, que ya aparecerá el indicado.
Que rico, buena onda... pero ¿Y si eso no ocurre?

Lo cierto es que así como el amor puede llegar en cualquier momento, también hay muchas posibilidades de que eso no ocurra o que tarde mucho tiempo, por más en empeño que uno ponga en la búsqueda. No es que quiera ser negativo, sino simplemente realista. Basta ver cuantas personas andan solas o solteras (como prefieran) por el mundo, incluso siendo lo que se llama “muy buenos partidos”.

En ese caso ¿Qué alternativas quedan?

Pues, a grosso modo diría que son cuatro las opciones:

1. Disfrutar del sexo libre y sin complicaciones. A primera vista es la opción más “fácil”; y lo digo entre comillas, porque creo que todos sabemos que para la mayoría de los mortales la cosa no es llegar y tirar con quién uno quiera, y que además, si lo hacemos con un desconocido nos podemos llevar desagradables sorpresas.
Sin embrago, se trata de una opción válida. Personalmente no creo que el sexo ocasional sea menos placentero que hacerlo con tu pareja. Lo que pasa es que en este último caso hay más complicidad y entran en juego otros factores afectivos que hacen más variado el acto de hacer el amor, y que incluso pueden paliar el que el compañer@ -o uno- diste bastante de ser el mejor amante del mundo. Pero si es sólo por tirar, el sexo con un desconocido puede ser de lo mejor, como también un fiasco.

Pero eso sí, no es un remedio efectivo contra la soledad, sólo para la calentura.


2. La abstinencia. Negarse los placeres de la carne hasta encontrar a esa persona que sea el motivo de nuestros suspiros. En este caso, las fantasías eróticas y la autosatisfacción constituyen las únicas válvulas de escape para los naturales instintos.

Demás está decir que requiere de cierto grado de fuerza de voluntad y generalmente es más tolerable cuando uno puede enfocar la mente en otros intereses como el trabajo o alguna causa superior.

Esta es la opción que he estado aplicando desde hace ya más de medio año, a duras penas en algunas ocasiones. ¿Me resultaría tolerable a largo plazo? No, definitivamente no.

Cada uno conoce sus límites.


3. El amig@ con ventaja. Se podría decir que es el punto medio entre las dos primeras; se disfruta del sexo, pero con alguien con el cual existe cierta confianza. El problema aquí es las cosas se pueden complicar y uno de los involucrados se puede embalar demasiado con el cuento.

En todo caso, es una solución que salva bastante bien por un tiempo, pero tampoco es algo que se pueda mantener a largo plazo, porque entonces ya se transformaría en una relación de pareja y quizá en el caso siguiente.


4. Conformarse. Para mí gusto es el peor de los casos. Es asumir que no existe esa persona especial, y por lo tanto terminar emparejándose con otr@ simplemente porque nos cae bien o hay cierta afinidad... en fin, porque es mejor eso que estar solo.

No digo que este tipo de relación no pueda funcionar y con el tiempo transformarse en algo muy sólido (de hecho la mayoría de los matrimonios antiguos no fueron por amor pasional), pero siempre va a estar esa sensación de que falta algo; de que en otra parte debe estar la verdadera mitad.

Complicado asunto el amor, y travieso componente el sexo. Pero a la espera de que ambos se encuentren, el mundo sigue girando y todos tenemos que seguir viviendo de la forma que nos haga lo más felices posible.

lunes, octubre 03, 2005

¡Atención, Dix!

Estoy seguro que esta noticia aparecida hoy en Emol pondrá muy contento a nuestro infatigable activista Dixleso:

Página editorial y cartas de El Mercurio se convierten en Blog
A partir de hoy usted podrá comentar, aportar ideas y dar opiniones sobre los acontecimientos que están afectando a nuestra sociedad.

¡Que se preparen en el decano!

sábado, octubre 01, 2005

Placeres (musicales) culpables

Este fin de semana lo he destinado principalmente a flojear y escuchar (y hacerle empeño a cantar) esa música que solemos calificar de “placer culpable”; en esta caso, entiéndase harta balada latina de los años ’80.
Paloma San Basilio, Mocedades, Ricos y Pobres, Albano y Romina, Francis Cabrel, Pablo Abraira, Jairo, son algunos de los seleccionados (sí, lo reconozco, bien cebolla, ¿Y!).

Mención destacada, por las veces que las he escuchado, merecen Massiel, con “Eres”, y la exquisita Ana Belén y su “Agapimu”.

La infiltrada de turno ha sido otra española, pero de nuestros días: Bebe. A esta cantante la escuché por primera vez un día almorzando en el De la Ostia; la tenían de música de fondo y me llamó tanto la atención que tuve que preguntar quién era.

Les dejo la letra de una de sus canciones que más me gusta:


Ella (Pa’fuera telarañas)


Ella sá cansao de tirar la toalla,

se va quitando poco a poco telarañas.

No ha dormido esta noche

pero no está cansada,

no ha mirao ningún espejo

pero se siente tóa guapa.


Hoy ella sá puesto color en las pestañas,

hoy le gusta su sonrisa, no se siente una extraña,

hoy sueña lo que quiere, sin preocuparse por nada,

hoy es una mujer que se da cuenta de su alma.


Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti,

que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño.

Hoy vas a comprender que el miedo

se puede romper con un sólo portazo.

Hoy vas hacer reír porque tus ojos

se han cansado de ser llanto, de ser llanto,

hoy vas a conseguir reírte hasta de ti

y ver que lo has lograo.


Hoy vas a ser la mujer que te dé la gana de ser,

hoy te vas a querer como nadie te ha sabido querer.

Hoy vas a mirar pá 'lante que pá tras ya te dolió bastante,

una mujer valiente, una mujer sonriente,

mira como pasa, ja!


Hoy ha nacio la mujer perfecta que esperaban,

ha roto sin pudores las reglas marcadas.

Hoy ha calzado tacones para hacer sonar sus pasos,

hoy sabe que su vida nunca más será un fracaso.


Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti,

que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño.

Hoy vas a conquistar el cielo sin mirar lo alto que queda del suelo.

Hoy vas a ser feliz aunque el invierno sea frío y sea largo, y sea largo,

hoy vas a conseguir reírte hasta de ti

y ver que lo has lograo.


Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti,

que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño.

Hoy vas a comprender que el miedo

se puede romper con un sólo portazo.

Hoy vas hacer reír porque tus ojos

se han cansado de ser llanto, de ser llanto,

hoy vas a conseguir reírte hasta de ti

y ver que lo has lograo.